Comer en Porto

Porto es cada vez un destino más popular. Sus escarpadas calles conducen a edificios históricos de los que se escuchan cuentos y leyendas, como lo hacen también los famosos azulejos. Y para el que no quiere escuchar, sino ver, le espera una de las mejores puestas de sol sobre la preciosa ribera que separa la ciudad de Vila Nova de Gaia y sus bodegas.

Otro atractivo de Porto, también mágico, es la prolongada estancia que hizo J.K. Rowling y las evidencias, para algunos, de la influencia que diversos lugares de la ciudad supusieron a la autora de una de las obras más famosas y de éxito de la historia, Harry Potter.

Este último punto es cuanto menos cuestionable, o por lo menos varias de estas evidencias. Siendo esto un blog sobre gastronomía, no entraremos en este polémico asunto y nos centraremos en otro que sí dispone de una aprobación mayoritaria, que es lo bien que se come en Porto.

Visité la ciudad a principios de este pasado agosto, y como en cualquier otro sitio que visito, cuando toca comer me gusta buscar, por lo general, comida local, sortear trampas turísticas y dar con aquellos sitios donde la lengua local es protagonista entre las mesas. Tuve suerte esta vez de contar con las recomendaciones de un buen amigo local de Porto y un previo reconocimiento que, servidor, hace antes de cualquier viaje. A continuación, comentaré alguno de los sitios donde encontré la gloria y el éxito. Incluiré, también, un par de sitios en Vila Nova de Gaia.

Restaurantes en Porto

República dos Cachorros

Una de las experiencias “más locales” fue en este bar restaurante, donde conocí el cachorrinho. Esta elaboración, originaria del restaurante Gazela, algo más abajo de donde se encuentra este, no es otra cosa que un bocadillo tostado estilo flauta, con salchicha fresca, linguiça, un queso que derrita bien, mantequilla y un aceite picante.

La linguiça es un tipo de salchicha de cerdo que se condimenta con ajo y pimentón, y donde hay quien dice que su origen podría estar en Roma hace miles de años!

Alucinante. Todo el viaje queriendo otro, sin exagerar. Quien sea de bocadillos calientes e intensos, como un bacon queso y similares, seguramente le vaya a gustar. Ese pan tostado, buenas salchichas potentes de sabor, con un buen queso y el toquecito picante…

Cada cachorrinho costó 4,2€! Príncipe (33cl de cerveza) a 2,3€ y las patatas fritas, finas y crujientes, buenísimas, 2,5€. Así que si queréis comer por menos de 10€ y además probar uno de los platos populares de Porto, este es un muy buen lugar para hacerlo.

Casa Guedes

Podemos encontrar tres o cuatro casas Guedes en Porto, con ligeras variaciones en el menú pero compartiendo uno de sus platos más populares, que son los sandes de pernil (bocadillo de cerdo mechado hecho lentamente). Se puede combinar con queso de oveja (no dicen cuál, pero es el da Serra), brie, etc. Personalmente, me encantó con el de oveja porque se deshace y es intenso. Si no fuera tan “quesero”, hubiera pedido la versión sin nada.

Otra cosa indispensable de probar son las croquetas. En algunos de los locales te las acercan a la mesa para que escojas entre las variedades que tienen. Cuando fui, había de pollo, cerdo y bacalao (bolinho de bacalhau). Además, versión con y sin queso en el caso de la croqueta de cerdo y la de bacalao. Para gustos, colores. Mis favoritas son de cerdo tanto con queso como sin, seguidas de la de pollo con queso (coxinha de Frango).

Los precios de los bocadillos rondan los 6-7€ y el de las croquetas los 2-2,5€. Un príncipe (35cl de cerveza) se acerca a los 3€ lo cual es más caro que otros sitios aunque sean 2cl más. De todas formas, los precios son muy buenos y se puede salir a 10-15 euros por cabeza perfectamente (si no abusáis de las croquetas como yo).

Lareira

Lareira es un restaurante tradicional arraigado a la historia de Porto en los casi 40 años que llevan abriendo sus puertas. Tuvimos la oportunidad de ir dos veces y disfrutar sobre todo de sus bocadillos y una buena ensalada de pulpo. Tienen dos locales, nosotros visitamos Lareira Baixa.

Pedí el de pernil (cerdo mechado), y puedes acompañarlo con queso da Serra, huevo o ambos (el que llaman especial). Como comentaba anteriormente, a quien le gusten los quesos intensos, de sabor persistente, y que se deshacen, es indispensable pedirlo con queso. Me encantó.

Tienen también bocadillos de prego, que viene a ser el pepito de ternera y presunto que sería jamón serrano, entre otras opciones.

Los bocadillos costaban entre 5 y 7 euros, y venían acompañados de patatas fritas estilo bolsa buenas. El plato de ensalada de pulpo, buena opción para compartir, costaba 9,5€.

La bebida también tiene muy buen precio. Un príncipe (33cl de cerveza) cuesta 1,9€ y había botellas de vino por menos de 10€. Por tanto, es un restaurante donde se puede comer por menos de 10€ y difícilmente superar los 15€.

Bacalhau

No solo de sandes se vive, y cuando alejamos la vista a estos deliciosos bocadillos, estando en Portugal, es fácil que lo siguiente que se nos pase por la cabeza sea el famoso bacalao. Los portugueses cuentan con múltiples recetas de este pescado que, bien hechas, resultan todas una delicia.

La verdad es que me he encontrado de todo. Sitios que sí, y varios que no. Lo que no me queda ninguna duda es que Bacalhau es uno de los que mejor defiende el arte de cocinar este pescado.

Como era de esperar con tal nombre, el restaurante cuenta con un buen abanico de platos con bacalao. Desde opciones de entrantes como el bacalao marinado con cítricos o pieles de bacalao crujientes. Ambas opciones excelentes, si bien me sorprendió especialmente el segundo.

De principal, escogí el lomo de bacalao con tripas de bacalao al “estilo Porto”. Un muy buen plato, menos intenso de lo que esperaba al llevar tripas. Lo volvería a pedir!

Tuve la oportunidad de probar también el arroz con kokotxas y lomo de bacalao que me pareció muy interesante y diferente. Bueno también. Tiene un toque fresco al llevar limón y cilantro.

Goloso el postre “Baba de caramelo”, con café, caramelo y una galleta María. Para repetir!

A todo esto, se suma una carta de vinos con varias regiones de Portugal que da mucho juego y buenos precios, así como algunas sugerencias de maridaje.

Claramente, una muy buena opción si se viaja a Porto. Eso sí, no hacen reservas. Va por orden de llegada, así que mejor ir pronto.

Manteigara

Cremoso, láctico, crujiente, dulce, hipnótico. Sí, hablamos del pastéi de nata o pastéi de Belem. Este postre, aunque originario de Lisboa, es también muy popular en Porto y fácil de encontrar. Sin embargo, son notables las diferencias entre los muchos sitios que lo ofrecen y la excelencia no es tan fácil de encontrar.

De todos los que he probado, ninguno ha sido como los de Manteigara. Me parece la perfección, y es que no encuentro nada que rebatir.

Además, tienen un precio correcto y los dos locales a los que fui puede apreciarse el proceso, en directo, de elaboración de estos adictivos pasteles.

Una visita indispensable.

Restaurantes en Vila Nova de Gaia

Bacalhoeiro

Después de contemplar la puesta de sol desde el Jardim do Morro, el hambre comenzó a asomarse. Con el propósito de ver la ribera durante la hora azul y no tardar mucho en cenar, nos quedamos en Vila Nova de Gaia y bajamos al paseo que hay junto al Douro, con numerosos restaurantes. Precioso en uno de sus mejores momentos, la hora azul.

Nos llamó la atención Bacalhoeiro, y después de algo de cola conseguimos una mesa. Es importante reservar en cualquiera de los restaurantes de esta zona si se quiere cenar. De lo contrario, o bien te apresuras después de la puesta de sol, antes que el resto de la muchedumbre baje en masa con la misma intención que tú, o haces mucha, mucha, cola.

Comimos bien en líneas generales, habiendo una amplia variedad de elaboraciones, tanto tradicionales como “modernas”, de bacalao. Por encima de todas las que probamos, destacó el bacalao à Brás. Esta receta de aprovechamiento se realiza con bacalao desmigado, patata paja, huevos revueltos, cebolla y opcionalmente perejil y aceitunas. En Bacalhoeiro, he encontrado una de las mejores elaboraciones de este riquísimo plato.

También nos gustó el carpaccio de bacalao.

El precio medio es de 25-30€, correcto para la zona y calidad general.

Casa Dias

Volviendo de una interesante visita a la bodega Ferreira que concluyó casi a las tres de la tarde, dimos con este negocio familiar que nos abrió las puertas a su casa. Cocina sencilla, casera y riquísima. Nos atendieron con cariño y humor.

Pedí una dorada a la brasa y compartimos una bandeja de patatas fritas para llorar. Qué patatas! Y qué pena que cueste tanto encontrar unas la mitad de buenas.

Buenos también los postres caseros.

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